¿Cómo mudar una biblioteca? O de las bibliotecas personales como huellas digitales
¿Les he contado que me voy a casar?
Por eso me mudé de ciudad (no sólo de ciudad, sino de estado de la República mexicana, por segunda vez en mi vida), pero mover una biblioteca personal de más de 10 años es muy complicado. Un libro ocupa mucho espacio.
Las mudanzas, así como los trayectos en coche o en avión, son, para mí, un “tercer estado”. Estar en la carretera o en medio de las nubes, dentro de un avión, es estar en tierra de nadie: ni aquí ni allá. Así me sentía con el proceso de la mudanza, ya que, por muchos meses, mis muebles, mi ropa y, sobre todo, mis libros estuvieron en la otra ciudad: Xalapa, de la que me despedí después de 14 años.
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